Os voy a contar un secreto. Este reproductor de audio portátil que me compré hace la tira de años por unos 30€ es el mejor que he tenido en mi vida y supera en calidad y potencia a otros actuales de más de 100€.
Un reproductor portátil con batería que también se puede alimentar con un panel de 5V/1A. Para reproducir música almacenada en la tarjeta (MPD) y también del servicio de subscripción Qobuz.
Hacía un tiempo que quería tener un espacio realmente importante en mi Nextcloud para hacer backup de música y fotos. Pero el espacio no es barato. El servidor sale a unos 6 euros al mes, mientras que un volumen adicional (un disco) de 150Gib en DigitalOcean está a unos 16 euros al mes (iva incluido).
Descubrí que DigitalOcean también ofrece almacenamiento de objetos compatible con la API S3 de Amazon. Este almacenamiento está pensado en principio para servir grandes cantidades de estáticos a modo de CDN, pero al ser mucho más barato (5 dólares los 250Gib) me venía perfectamente para tener un gran espacio de backup, pagando la leve desventaja de un acceso pelín más lento (solo un poco). Al fin y al cabo implica un acceso a una red, mientras que la primera opción era un disco local al VPS.
Así que tenía dos problemas: integrar S3 limpiamente en un Nextcloud en funcionamiento y hacer que fuera visible desde el contenedor LXC con los permisos adecuados.
Ya he conseguido tener mi streaming en alta calidad con el servicio Qobuz (suscripción Studio Premier sonido FLAC 24 bit, hasta 192Khz) con la Raspberry 4 ¡y todo legal oiga!
Lo primero que me gustaría señalar es que no me parece legítimo ni justo -y dudo que sea legal- realizar este procedimiento con el objetivo de distribuir música a escala masiva por redes como bittorrent, ya que de esa manera el autor de la música no está recibiendo una compensación, por pequeña que sea, del hecho de que se reproduzca en los sistemas de streaming de pago. Esto lo hago porque si contrato un servicio de música, me gusta tener copia de la misma en mi reproductor «offline»…
…simplemente con la intención de poder disfrutar de esa música en cualquier lugar.
En los últimos años han ido apareciendo multitud de servicios de streaming de música con valores añadidos sobre Spotify, principalmente el hecho de ofrecer música en alta calidad (sin compresión o con compresión sin pérdida flac y en resoluciones por encima de los 16bit y frecuencias por encima de los 320kbps del mp3). De entre ellos podríamos destacar Qobuz y Tidal.
Después de una tarde de investigación y dolor os dejo un briconsejo para que algunos programas de reproducción de audio consigan enviarlo por la salida JACK analógica. Es una cosa que me interesaba porque quiero sacar el sonido hacia la cadena de música.
En principio debería ser muy fácil reproducir audio, hay muchos programas. Pero la lista de pruebas de esta tarde de frustración ha sido así:
Una combinación que me estaba funcionando muy bien en un PC antiguo: MPD con Cantata. No ha habido manera humana de que funcione, parece que tiene que ver con la configuración de MPD para sacar el sonido con Alsa.
VLC. Funciona muy bien la reproducción de todos los ficheros de audio, pero me interesaba un programa capaz de organizarme la música por metadatos: artista, album, etc.
Rhythmbox. Consiguió no sin esfuerzo categorizarme la música, pero aunque la raspi estaba configurada para forzar el sonido por analógico (sudo raspi-config) el programa insistía en enviarlo por HDMI (y por tanto a la tele). Más sobre esto en un rato.
Había intentado buscar Clementine y Decibel porque los había usado hace años, pero el primero no está en los repos y el segundo tiene algún problema de dependencias.
Audacious no me cataloga por metadatos (no he investigado mucho, si alguien lo ha hecho que comente).
Quod Libet también insiste en enviar por HDMI ¡pero este finalmente me dió la pista!
Parecer ser que tanto Quod Libet como Rhythmbox usan Gstreamer y este lleva su propia configuración aparte de la de Raspbian. Por pura casualidad me encontré una web donde se hablaba del dispositivo de salida alsasink para Gstreamer ¡y bingo! Lo configuré en Quod Libet y ya enviaba el sonido por analógico.
Como veis una interesante aventura resuelta de manera casual.
Recientemente ha venido otra vez a mi vida un ser increible que se hace llamar Buckethead. Hace años que conozco su música, nunca se irá de gira con el G3 ni saldrá en los listados de los 10 mejores guitarristas de cualquier género, pero musicalmente puede que estemos ante uno de los mayores genios de todos los tiempos ¿por qué no es tan conocido?
Hacía ya tiempo que me venía rondando la cabeza usar una radio de esas del LIDL que imitan el aspecto de radio clásica para algo. Es una radio que tiene un gran sonido pero solo un altavoz. Con los años, algo del control de volumen se había ido estropeando (posiblemente el potenciómetro) y la entrada de audio auxiliar tampoco andaba muy fina. Pero una radio barata con una acústica tan buena no se puede tirar, así que con elementos que tenía por casa me puse manos a la obra.
Los dos detonantes del proyecto fueron 1) el desguace de un portátil que pasó a mejor vida, sacando entre otras piezas los altavoces y 2) encontrar un maravilloso amplificador de audio estéreo en ebay por 4€. Esto ha sido lo único que he comprado.
Pocos grupos conozco cuyo primer disco sea tan enorme como King Crimson. Este primer album se llama In The Court Of The Crimson King y es perfecto de principio a fin, las canciones están perfectamente enlazadas y cohesionadas. Me resulta difícil elegir una, pero hoy me ha venido la inspiración con Epitaph
Destacar del disco en general que, en mi opinión, suena como debe sonar un disco. Y esto no es tan sencillo en el siglo XXI de los discos sobreproducidos, a tope de volumen y con mil y un artificios. Hay muchas cosas horrendas en la grabación de muchos discos hoy, principalmente en música de consumo masivo. Por poner un ejemplo que afecta a casi todos los géneros, la guerra por el volumen –Loudness war– ha afectado incluso a Metallica, que sufrió del efecto conocido como clipping en su disco Death Magnetic, quizá por ese intento de aumentar la compresión para lograr más picos de volumen. Posteriormente rectificaron y publicaron una versión digital incluida en el videoguego Guitar Hero que no contenía estos errores.
Volviendo al tema. Un redoble de ultratumba deja paso a un omnipresente Mellotron que guia todo el desarrollo. La estrofa viene acompañada de batería y bajo -simple y efectivo- con un sonido exquisito, cada instrumento está donde tiene que estar. Y de vez en cuando suenan algunos acordes de guitarra un tanto apocalípticos. Me gusta cuando lo que se está intentando comunicar con la pieza no se hace exclusivamente por medio de la letra, sino que se hace también con los recursos estilísticos a la hora de interpretarla. Se consigue a la perfección. La canción tiene tintes apocalípticos, refiriéndose a los efectos de la devastación nuclear. La voz de Greg Lake, la manera especial que tiene de guiarnos por esta historia, es como un grito desesperado y parece que una petición de ayuda. Hasta los cambios en la intensidad y volumen a lo largo de la canción nos dicen cosas. ¡dentro música!
Han pasado casi 3 años desde la última pieza del día no diaria, eso demuestra claramente que diaria no es. Obviamente hemos tenido toneladas de novedades y hoy vengo con uno de los grupos de la escena prog a los que se suele hacer menos caso en casi todas las publicaciones especializadas, pero con más talento en la actualidad: los suecos -como no- Beardfish.
Pillad a Gentle Giant. Esos que definieron muchos aspectos de lo que hoy se viene a llamar neo-prog. Ahora pillad a Jack Black -sí el que estáis pensando- y metedlo en la thermomix (temperatura Varoma, velocidad 1) ¡y sale Beardfish!
Desde su puesta en escena, sus letras cargadas de humor, sus estructuras a medio camino entre un rock setentero pelao y complejas estructuras sinfónicas, todo hace de esta banda algo realmente original que hay que escuchar.
Hoy os traigo 9 minutos y medio de maestría con una de las piezas más destacadas de su último disco +4626-COMFORTZONE, que es el tema que acabo de poner en el título de la entrada. Cuenta con montones de secciones diferentes pero perfectamente enlazadas (aprende Dream T.) y cuando te crees que vas a un sitio terminas yendo a otro. Empieza con un rollo como muy melódico para hacer una transición a zonas de King Crimson y luego… pues nada ¡dale al play!