Con ciertas tecnologías, la realidad tiene los días contados
Me resulta fascinante y al mismo tiempo aterradora la tecnología emergente DeepFake, aquélla tecnología que permite hacer que personas vivas o muertas digan y hagan cosas que no han dicho realmente, mediante la creación de vídeos donde se simulan sus rasgos y movimientos y su tono de voz, sus inflexiones, acento, etc.
En el lado anecdótico puede ser gracioso ver vídeos de Lola Flores anunciando cerveza o todos los vídeos de Tom Cruise que están circulando, pero hay una vertiente más preocupante.
Creo que en pocas cabezas cabe ser pro Trump por motivos obvios. El tipo salió y entró otro tipo que la verdad es que tampoco me apasiona.
Con el tiempo, Joe Biden ha ido protagonizando «episodios» de olvido, caídas e idas de pinza en general que hacen pensar ¿y ahora a qué otro demente han colocado en su lugar?
El mundo está extremadamente polarizado y los debates de una alternativa contra otra están a la orden del día. Cualquier acérrimo defensor de Trump podría empezar ahora esos documentos visuales para desacreditar a Biden. Pero sostengo que cada vez tienen menos sentido estas confrontaciones, porque se ha vuelto prácticamente imposible, a través de lo que nos envía la Matrix, conocer al 100% la verdad ¿Y por qué?
Pues porque…. ¿y si esos vídeos de los problemas de Biden fueran a su vez DeepFake?
Perpetrado el 20 de marzo de 2021 por una IN (Inteligencia Natural), la mia, con cierto esfuerzo.
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