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El software y hardware libre crean riqueza. Caso raspberrypi.

Dos puntos son los que quiero exponer: que el software -y ahora también el hardware- libres crean una riqueza impresionante y que el sistema de patentes es caduco, inútil y solo sirve para proteger los intereses de los patent-trolls y nada hace para proteger los intereses de los inventores. Y que si alguna vez protegió sus derechos hoy no lo hace, al menos en el mundo de la Informática.

Allá por 2006 un señor llamado Eben Upton decidió que había tenido bastante con el empeoramiento de la enseñanza en Informática a los estudiantes, en un mundo cada vez más dominado por los intereses de los grandes del software privativo y donde cada vez se aprendía menos Informática auténtica. Decidió que crearía un ordenador barato y pequeño pero completo y de especificaciones hardware abiertas (aunque no es 100% abierto pero casi) de forma que fuera fácilmente programable y que todo el mundo pudiera hackearlo sin miedo ni inseguridad jurídica. Ni miedo a romperlo, porque te invita a la modificación y es muy barato, ni miedo a ir a la cárcel. Creo que no esperaba el Mercado con mayúsculas que iba a generar.

Al principio batalló porque el pequeño ordenador, además de diseñado, fuera también fabricado en Reino Unido, pero los costes de producción para una tirada pequeña amenazaban seriamente el adjetivo «barato» así que se lo llevó a Taiwan y China. Un pequeño precio por un gran beneficio para la todos.

Finalmente en 2012 comenzaron a despacharse las primeras unidades, de las cuales me considero afortunado poseedor. A partir de ahí la historia se descontrola en el buen sentido. Quizá no haya cumplido el objetivo original de facilitar la enseñanza en los colegios, pero el mundo geek se ha adueñado del dispositivo para crear proyectos alucinantes y ha creado un mercado auxiliar enorme.

Al hilo del éxito del cacharro, han proliferado tiendas que venden: cajas, cables, módulos de expansión, hubs USB de diseño, cámaras, pantallas, teclados y todo un sinfín de productos. Y los particulares han creado de todo: domótica, un barco que cruzará solo el Atlántico, máquinas de videojuegos retro, robótica, media centers, nubes personales y un largo etcétera. Y también en el lado de las revistas y publicaciones informática, ahora tienen algo con lo que extenderse de lo lindo y eso significa más ventas y más anunciantes. Y cuanto más hablen, más se vende.

Y ahora examinemos qué han hecho las patentes para proteger a Eben Upton y termino rápido: CERO.

Porque han creado un dispositivo que, junto con su mercado auxiliar, ha entrado en círculo virtuoso. Es decir, el ordenador raspberrypi hace tiempo ya que superó ampliamente -después de 1 año- el millón de unidades vendidas y esto ayuda a que las empresas auxiliares fabriquen para el Pi sin perder tiempo ni dinero en litigar sobre patentes, derechos, copyright y estupideces. Al mismo tiempo, la creación de un enorme mercado auxiliar ayuda al señor Eben Upton a vender más unidades. Sencillo y directo, sin intervención de ninguna arquitectura legal.

¿a quien está protegiendo realmente el sistema de patentes? ¿a quien beneficia un producto cerrado?


Archivado en categoría(s) GNU/Linux, Software Libre, Tecnología

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